miércoles, 18 de abril de 2012

La sangre caliente

Tropical, aborigen.
Sabes a mango,
a selva...
Amazónico
fibroso, caliente.


Cazador poderoso
fuerte, violento
delgado, moreno
estilizado, dominante.


Soy como una española
descubriendo 
conquistando
(con amor y sin malicia)
tu belleza colombiana.


Virginal,
eres el Nuevo Mundo;
y yo tengo tanta sed
de conocimiento...
de exploración.


Llegar a tus orillas 
con este pequeño barco
ha sido cosa curiosa
del destino y de las brújulas.


Eres alegre, musical
natural,
posees tal gracia
para la danza.


Tu buen porte
te hace
un caballero
de fina estampa.


(no hay dama 
que pueda y deba
resistir.)


Eres dios
de la guerra
y del amor.


Místico
como la profunda selva,
eres una noche estrellada.


El ritual es perfecto,
alucinante.
Eres un delirio
peligroso, riesgoso
como un río
(vertiginoso)


A través de mi
hablas con tus dioses.
Soy tu instrumento,
ese sacrificio ofrecido.


Me vuelves brava
me tornas salvaje
eliminas
mi civilizado comportamiento.


Me rompes el cráneo
haciéndome adicta
a esos brebajes tuyos
elixires que emanan
de tu rígido pilar.


Estoy sucia y mundana,
afiebrada pecadora,
traspirada,
pero nada me importa.


Vos tan libre
silvestre, rudo
cruel y maldito.
Desconsiderado caballero
¿que demonios
me hiciste?


Con inteligencia y 
con arduo trabajo
 te conquistaré. 
Serás mio
muchacho colombiano.


Pero ¿quien soy yo
para acapararte
para monopolizarte?


Mi niño salvaje,
 bellisimo
eres tan esquivo


Sé que no tengo
 ningún poder sobre ti
...
porque el poder
es algo
que se concede.

No hay comentarios: