jueves, 29 de marzo de 2012

La retirada:

Vieja carta a un cobarde presente ausente.

Como la asquerosa babosa que invadió mi habitación húmeda, que desapareció haciéndose liquida, deshaciéndose por el sodio, esparciendo sus jugos por el piso....
Así desaparezco yo, me desmaterializo cuando no me reconoces; cuando me ignoras.
Me siento morir, pero con la estúpida certeza de que volveré a ser.
Entonces en este juego de muertes incompletas, cuando yo vuelvo a ser, me creo con la capacidad de ir... de bacarmela... jugármela Te declaro mi amor en todas mis acciones. Sos completamente injusto en acusarme de borrada, de desaparecida...y cada vez que me acerco  te la das de tipo importante y ocupado.
Esto es simple: no tenes voluntad de verme... de compartir cosas. 
¿Y con que derecho me trata a mi de ausente?
¿con qué derecho reclama presencias?
Le pedí compañía y no me la dio ¿y después me trata de ausente? ¿quien es el verdadero ausente?
Siempre quise ser la mina de tus textos. ahora descubro que no me la puedo bancar. Ser ellas implica estar loca y ser una villana por dejarte solo; siendo que preferís la soledad ante nada.
Si la preferís bancatela solo, yo haré el intento....
Cada vez escribo peor y vos también
Aunque amo tu "nº 2" porque me odias, y al odiarme me reclamas amor.
Me amas casi tanto como a tu solitaria vida.
Ese es el problema eterno, porque desde la primitiva libertad de opción elegís huir (como el soldado que sirve para otra batalla). Y yo no puedo elegir la huida, ya que sin vos no existe otra batalla diga y equiparable.

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